Nuestra percepción colectiva de la belleza cambia con el tiempo. Lo que los romanos encontraban deseable, no es lo mismo que lo que se prefería en el 1600.
La mujer ideal del Renacimiento era mucho más redonda de lo que ahora se considera perfecto. En tiempos Victorianos todo se reducía a la cintura más delgada posible, que es lo que se ven con esos locos corsets apretados. Y más tarde, a mediados del siglo XX, la figura de reloj de arena con la de Marilyn Monroe estaba en auge.
Como podrás ver, los gustos cambian y las modas físicas vienen y van. Sin embargo, con Tereza estás a punto de experimentar la belleza atemporal, una cara clásica con curvas bien proporcionadas que se defienden al paso del tiempo. Ella también tiene una cualidad especial, como el aura de confianza de una princesa. Es como si sus antepasados fueran antiguos reyes y reinas.
¿Te gustaría comentar algo? Únete hoy, o accede si ya eres miembro