Algunas personas nunca se aventuran más que algunos kilómetros del lugar donde nacieron. Esta chica no es el caso. Cindy tiene una mente curiosa y un corazón apasionado, ambos perfectos para descubrir el mundo.

Con tan solo 18 años, esta aprendiz de exploradora sigue los pasos de sus antepasados holandeses (los cuales fueron algunos de los primeros europeos en emprender largos viajes a lo desconocido). Con el resto de su vida aun delante de ella, Cindy tiene la pureza y la inocencia en todo su ser. Pero a pesar de que pueda ser naive ante las vuelas y las flechas de la vida, ya sabe tomar decisiones de vida inteligentes.

De una belleza natural, Cindy no necesita vestimentas o maquillajes caros para verse bien. Es perfecta tal como es. Y es una chica que no necesita tacones. Con sus 176 cms, es tan alta como el hombre promedio inglés o estadounidense.

Con un ojo artístico, por el momento es estudiante de diseño y comunicación en la universidad. Ella cree que un buen diseño hace que la vida se vea y funcione mejor.

Cindy es un conglomerado de dicha juvenil y optimismo. Y es esta energía positiva la que la hace brillar.